ira Cándido granada terapeuta holístico

La Ira.

Ante todo debemos reconocer que la ira es un maravilloso combustible. Cuando estás cansado te da fuerzas, cuando estas dormido te despierta, cuando estas deprimido te da ánimos, cuando estas feliz… te jode el día. Repito, es un maravilloso combustible.. pero muy, muy contaminante. No solo por el baño de neurotransmisores como la adrenalina que se quedan navegando por tu cuerpo, sino por la subida de tensión arterial, acidificación de tu cuerpo, problemas digestivos, de sueño, sexuales… lo dicho muy contaminante.

Perfecto, lo tenemos claro, la ira es mala, reprimamos la ira, que cosa más obvia, ¿no?. Nos hacemos budistas, nos vestimos de azafrán, nos hacemos veganos, yoga a tutiplén, hablamos bajito, comemos poquito y por supuesto de blanco y, o bien nos rapamos al cero o nos dejamos el pelo largo. Pero muy largo ¿eh?. El símil viene solo a la cabeza:

Si un coche tiene mala carburación contamina mucho el medio ambiente, si esa contaminación la metes dentro del coche con un tubo básicamente te suicidas. Si la ira la sacas a borbotones sin razones muy justificadas te llamaran borde y te puedes ganar alguna torta, si te la guardas dentro básicamente te sale un cáncer.

Si la sacamos mal, si la guardamos peor, esto de la ira no hay quien lo entienda ¿verdad?.

Intentemos, y consigamos, sacarle una utilidad a todo esto de la ira. Por si misma y como casi todo en esta vida no es buena ni mala, simplemente hay que saber gestionarla con inteligencia. Es una emoción humana y como tal inherente al ser humano, está ahí por algo, recordemos que en la naturaleza nada falta ni sobra. Hay situaciones en las que la aparición de la ira o su ausencia podrían considerarse normales. Si encuentras a tu mujer con otro hombre en la cama y no aparece algo de ira seguramente no eres de por aquí. Si alguien te pisa inadvertidamente y te pide disculpas sinceras salvo el segundo inicial del pisotón no estaría muy justificada la ira. Generalmente la ira aparece porque alguien está haciendo algo que no queremos que haga o viceversa, no haciendo algo que queremos que haga, incluidos nosotros mismos. Siempre la pregunta clave es ¿ para que ?, ¿para que me enfado?. ¿ Que pretendo conseguir con este comportamiento ?. Si encuentras la respuesta ya has resuelto la mitad del problema. Nos enfadamos para conseguir atención, para obligar  y manipular a otro, para no ver algo en nosotros que no nos gusta, para no oírlo…

La otra mitad de la ecuación es muy importante, La ira nos la causa algo que vemos en el otro y que condenamos en nosotros, “ ves la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio “. “ Es un engreido “ “ Es un mentiroso “ “ Es un fanatico “ o también aquello que tiene el otro y que a nosotros nos gustaría tener y no tenemos, pura envidia.

Cuando estamos atrapado en una emoción, cualquiera, de las llamadas buenas o malas, la mejor reacción siempre es dar un paso atrás metafórico, verte a ti mismo desde fuera. Como si te vieras a través de una cámara, desde ahí te puedes visualizar a ti mismo fuera de la emoción. El famoso “ contar hasta 10 “ antes de empezar a gritar. Si te puedes llegar a ver desde fuera podrás ver las causas y las consecuencias de la situación y actuar desde fuera sobre el “animal” atiborrado de neurotransmisores y hormonas y elegir libremente que quieres hacer con la Ira que te inunda, romper la presa o pasarla por las turbinas para generar energía, tu eliges.

 

 

 

derrótame con AmorCada día, cada momento, es una lección de vida si sabemos verlo así. Cuando haces sesiones de Acompañamiento al Inconsciente el volumen de información que se maneja y los temas que se tocan hacen que cada sesión sea una lección de vida. En las carpetas donde guardo las historias de las personas con las que comparto mi labor no pone “ pacientes “ o “ clientes “. Aparte del año, en los lomos de los archivadores que uso pone “ MAESTROS “, tal  y como suena. En determinados aspectos aprendo mucho más de mí mismo tratando personas que simplemente interiorizando.

Hoy por ejemplo he sido consciente de una gran lección que me dio un hombre de 51 años con cáncer de próstata. Estadísticamente es muy joven para eso pero su historia habla claramente de su conflicto. Después de un duro divorcio con juicio mediante por la custodia de sus dos hijas sigue odiando a su ex, y lo más importante todavía, a su ex-suegro. Su ex-suegro es un caso arquetípico de macho alfa extremo, rico, empresario, conexiones políticas, facha y autoritario. La próstata tiene como descodificación más común un conflicto de perdida de territorio, territorio económico, sexual, físico… de ahí que muchos hombres a cierta edad duden de su masculinidad en declive por la edad y ese conflicto hace que el cuerpo responda solucionándolo con una próstata más grande para echar más líquido seminal y más lejos, más potencia en definitiva. Esta persona con cáncer necesita una espada (falo) más grande para enfrentarse a un macho todavía tan poderoso como su ex-suegro al que odia y por desgracia también inconscientemente admira por su potencia y por su papel de padre fuerte, cosa que él no tuvo.

Esta persona ha estado toda su vida luchando contra imposiciones, servidumbres y yugos, como el mismo define. Tal es así que reconoce que nunca ha podido soltarse, que tiene miedo a perder el control. El evitar yugos de los demás a toda costa, paradójicamente ha hecho que el mismo se haya creado su propio yugo (creencia), tan fuerte que ya le está asfixiando. Ha estado en permanente alerta contra todo y contra todos, en un nivel más profundo ha estado peleando consigo mismo toda la vida. Por desgracia gran parte de la humanidad hace lo mismo, se pasa el día practicando violencia contra sí mismo y los demás, buscando discusiones, peleas, injusticias, inconscientemente pidiendo ser derrotados y liberados al fin del ser que los maneja a su antojo.

Si no han visto el programa “ El Encantador de Perros “, se lo recomiendo encarecidamente, seguramente han visto a dos perros machos que empiezan a olerse y de repente estallan en una pelea feroz porque uno de ellos intenta montar al otro independientemente del tamaño, es una cuestión de energías. Haciendo una analogía si yo como macho intento imponer mis ideas a ese tipo de macho tan susceptible acabaríamos no exactamente en pelea pero si perdiendo la conexión o la confianza de esta persona conmigo como terapeuta.

De ahí el título de esta entrada “Derrótame por favor, pero derrótame con Amor“. Estas personas, más bien el ego de estas personas, los tiene tan atrapados en una rueda de la que no saben escapar, en una personalidad que defienden a ultranza y de la que no pueden liberarse que solo un terapeuta desde una autoridad revestida de Amor y Compasión puede penetrar sus defensas y ayudarle a derruirlas desde dentro. Son personas agotadas y enfermas por sus creencias, por sus egos defendiéndose de toda intromisión o idea ajena a él. El ego piensa, estas deprimido herido, enfermo… pero eres mío, eres mi única casa, mi única propiedad y no te dejare escapar nunca. Todo intento de un ego de convencer o derrotar al otro ego es inútil, solo cuando estás dispuesto como terapeuta a “matar” por amor con total inocencia es cuando puedes vencer al monstruo que lo habita.

¿ Cuantas películas hemos visto en que el malo, ya abocado a su final, puede reconocer el daño que ha hecho e incluso pedir su propia muerte, el fin de su tormento?. En Dracula por ejemplo la mujer que lo ama lo apuñala por Amor para liberar su alma y que descanse en paz. Las tan famosas series de zombies donde el actor que va a transformarse pide que por Amor lo maten antes de transformarse, o en algunas películas de psicópatas donde estos dejan mensajes en el escenario de sus crímenes pidiendo que los paren por favor.

Solo un acto de Amor sin juicio puede penetrar las defensas de un ego para poder abrazar al auténtico Ser detrás de las máscaras y ayudarle en su liberación. Cuando esto no sucede así y el sufrimiento es extremo la solución final a que opta la persona es el suicidio. Podría decirse también.

” Libérame por favor, pero Libérame por Amor “.

Para qué creo yo que estamos aquíLa pregunta es un coctel de las famosas “¿ quienes somos, de donde… ?” , las preguntas básicas que se ha hecho la humanidad desde siempre. Podría pecar de exceso de ambición intentando responderlas ya que las grandes mentes a lo largo de la historia lo han intentado sin descanso. La cuestión es que como cada uno ha respondido una cosa y nadie está de acuerdo en nada con nadie, ¿ quién dijo miedo ?, yo también voy a decir mi opinión y que sea lo que Dios quiera.

El famoso Dios da pie a una posible respuesta muy en boga actualmente respecto a que somos una unidad indivisible, un fractal holístico en lo que todo está unido a todo y todo forma parte de todo. La repuesta cómoda sería “ Somos Dios, venimos de Dios y vamos a Dios “. Fácil, limpio, directo e… indemostrable. Yo personalmente creo que esa es la respuesta pero vamos a hacerlo un poco más tangible y humano.

Aunque todo momento es perfecto, aún bajo las formas más horrendas, la evolución del universo busca una mayor complejidad en las formas y un mayor nivel de consciencia en los seres conscientes. Como fin último y dicho en lenguaje bíblico    “ Traer el Cielo a la Tierra “. Para ello la humanidad como tal debería, generación tras generación, ir mejorando como especie en cuanto a nivel de conciencia, empatía, espiritualidad… . Haciendo una analogía con una empresa que va mal, para que mejore los nuevos jefes y trabajadores que entren tienen que hacerlo mejor que sus predecesores.

En mi labor como terapeuta no dejo de encontrarme con esa realidad, las generaciones repiten los errores de sus padres, abuelos…. para poder darles una solución que sus antepasados no supieron encontrar. Todos conocemos familias que parecen marcadas por un mismo destino aciago que repiten muchos de sus miembros. Alcoholismo, adulterio, muertes por infartos, problemas de herencias, esterilidad, miseria, suicidio… . Esas personas llevan esos patrones ocultos que hace que tengan que vivir esas circunstancias, sí o sí, a lo largo de su vida. Son patrones dolorosos como se puede ver y no saben cómo solucionarlos o como sacárselos de encima, me han echado mal de ojo, habré pisado una mierda… . Son circunstancias tan duras y se encuentran tan impotentes para resolverlas que inevitablemente enferman.

Esa enfermedad no es una maldición faraónica, es la sagrada oportunidad de sanar tu vida y la de todo tu árbol familiar para que tus descendientes no tengan que revivir esas circunstancias y la humanidad en su conjunto vaya desprendiéndose de pesadas cargas.

Esa es para mí la explicación de la enfermedad y de para que creo que estamos aquí. Se puede hacer más compleja, hacerla a diversos grados de profundidad metafísica pero básicamente estamos aquí para ser felices, crear nuestra propia realidad, sanar y sanarnos para hacer de este planeta un lugar más hermoso y bendito para todos..