Historia

Mi nombre es Cándido Granada y me dedico a realizar Terapia Holística. 

Una definición como cualquier otra para expresar que me dedico a asesorar y acompañar a la gente a que resuelva sus problemas. Los 23 años que tarde en resolver gran parte de los míos me han convertido, casi involuntariamente, en todo un experto. Como aún tengo 46 atesoro mucha experiencia al haber estado más de la mitad de mi vida en medio de la tostada. ¿Cómo salí del laberinto?, de ahí el nombre Holistico, del griego Holos (Totalidad). Casi podría decirse en broma que intente TODOS los caminos para sanar mi vida hasta que encontré los que funcionaban, no solo los que me funcionaban a mí, si no los que funcionaban. Mas abajo incluyo quien soy, de donde vengo y adonde voy explicado en unos pocos cuadros.

Temo defraudaros si os digo que después de ver todo lo que hay en el mercado de terapias, formaciones, talleres, métodos, cursos, retiros, meditaciones, mantras…. lo que realmente sana a una persona es nuestra vieja amiga la Verdad, o por lo menos una versión más cercana a la Verdad que la que cree la persona con problemas, ni más ni menos. No hay terapia ni Santo que pueda hacer nada por ti si tu crees que estás en posesión de la Verdad. La verdadera sanación sólo se puede hacer cuando uno se apea voluntariamente de su pequeña verdad y encuentra una verdad superior. Eso no lo puede hacer nadie por ti. Los 20, 30 años de terapias y retiros no han funcionado porque tú no has querido evolucionar por dentro y buscabas un cambio en  lo exterior. 

Hay tal atomización de formas de sanación actualmente que no existe una ruta única y segura a seguir, lo que sí nos tiene que quedar claro es que cada uno encontrara aquello que está buscando en el terapeuta o terapia que elija, para bien o para mal. La persona que se quiera sanar encontrara al terapeuta serio que le pueda ayudar, la que no se quiera sanar también encontrara al terapeuta serio que no pueda ayudarla. Como decía antes mucha gente lo que menos quiere oír es la Verdad sobre su propia vida, prefiere seguir creyendo su pequeña verdad, o gran mentira. 

Quizás al tratar principalmente a personas con cáncer y por mi propio carácter atraigo o me encuentro a muy pocos de estos últimos. El cáncer es el último incentivo que nos da el cuerpo para que nos decidamos a  encontrar la sanación a nuestra vida, a nuestra forma de vivir, a reconocer por fin la mentira que vivimos. Otra importante conclusión a la que he llegado después de tantos años es que más que la técnica empleada el verdadero factor diferencial es el propio terapeuta.